martes, 26 de octubre de 2010

Halloween

Se acercaba Halloween y Maryann quería disfrazarse de caperucita roja, así podría acompañar a sus amigas a la fiesta de la Gran Plaza. Recordaba que de pequeña siembre llevaba un lazo rojo que le recogía el pelo. ¿Dónde lo habría dejado?
Abrió con prisas todos los cajones de su cuarto y algo rojo llamó su atención en el fondo del cesto de los calcetines. Estaba algo polvoriento, pero serviría. Cortó una parte que estaba demasiado arrugada y la olvidó bajo la cama, cerca de la pelusa que llevaba viviendo allí 4 o 5 meses.
Una vez en el suelo y pasados 3 días, el pequeño retal rojo se levantó y se acercó a la ventana para irse y nunca volver. Pero al llegar al dobladillo de la cortina algo le saludó.
Era Phill, eso que vive en la sobra que se forma debajo de tu ventana cuando se hace de noche. Phill.
Ahora ya no tendría que irse lejos. El lazo y Phill conseguirían vengarse antes de que la estúpida de Maryann pusiera un pie sobre el suelo. Solo que ahora tendría que cambiar de nombre.
Phill y Murphy se acercaron a los tobillos de Maryann.
La niña tuvo el tiempo justo de rascarse en sueños.
Nada más.

sábado, 5 de junio de 2010

Carrera de fondo.

Le perseguían. Podía oir con perfecta claridad sus pesadas respiraciones detrás de sí, a unos 30 metros.
Cada vez más cerca, cada vez más frios.
Miraba a un punto en el horizonte, una luz que alguien se dejó encendida sin querer.
Cada vez más cerca, cada vez más sedientos.
Se asustó cuando notó que la vista se le nublaba, cerró los párpados fuertemente para que cayeran las gotas y al abrirlos pudo ver de nuevo.
Cada vez más cerca, cada vez más fuertes.
Se daba con los talones en la parte trasera de los muslos y sentía cómo a la mañana siguiente le saldrían cardenales. Si es que había mañana siguiente.
Cada vez más cerca, cada vez con los brazos más estirados.
Sentía la garganta tan seca como las hojas de otoño al caer sobre el asfalto, tan seca que casi no podía respirar. Ahora no sólo oía cómo rozaban su pelo, podía oler sus alientos.
Cada vez más cerca, cada vez má

domingo, 14 de marzo de 2010

Auto engaño

She was lying in bed.
He wasn't.
He was miles away, looking at her.

lunes, 1 de marzo de 2010

Los malos no siempre se esconden bajo la cama.

El pequeño Timmy apenas contaba 3 años y ya sabía decir el abecedario de memoria. No sólo empezando por la A y siguiendo hasta la zeta, también podía recitarlo al revés. Sus padres lo enseñaban muy orgullosamente a las visitas, como si su hijo fuera un mono de feria, y todos aplaudían y reían. Luego, antes de la cena de los mayores, su madre lo llevaba al cuarto azul que habían decorado para él y lo acostaba contándole un cuento. Su gato "Calcetines" había muerto hace poco y sólo conciliaba el sueño si antes le contaban una historia.
Hoy tocaba Rapunzel y eso despertó la perspicacia de Phill, que después de tres noches no había conseguido subir a la cama del estúpido niño. En cuando la madre saliera de la habitación, el pequeño Timmy no volvería a recitar.
Algo se movió en la sombra que se formaba bajo la ventana de Timmy cuando se hacía de noche.

viernes, 29 de enero de 2010

El retraso evolutivo de los gatos

Estaba el hilo en su lugar habitual: el costurero de Sam. El gato vino y trató de jugar con él, con la mala suerte de que un extremo se quebró y calló bajo de la mesa. Sam nunca se dió cuenta y la Señora Anneta lo barrió una mañana con su escoba astillada.
Tras este incidente, el hilo se encontró de pronto con el sol, el viento, el olor a comida pasada y las voces de todas las personas.
En la comodidad del taller no se había percatado de que era completamente incapáz de cualquier movimiento autoinducido, y calló en una terrible depresión. Pasó unas horas en este estado de aflicción hasta que se empezó a deshilachar y paró de inmediato. Otro gato malévolo llegó y quiso jugar con el hilo. Esta vez él había aprendido la lección, consiguió estrangular al estúpido felino y se cambió de nombre.
Ahora se llama Phill, y vive en la sombra que se forma debajo de tu ventana cuando se hace de noche. Esta tan oscuro que no puedes darte cuenta de que ya aprendió a moverse sólo...

sábado, 16 de enero de 2010

La bestia

Tumbado en la cama trataba de ignorar los ruidos que venían de la habitación de al lado. El viejo respiraba pesadamente mientras desde el habitáculo contiguo, ella se fumaba el poco aire que quedaba y el ruido era ensordecedor. Se tapó aún más con la manta, pero las pezuñas de la criatura chocaban sin cesar contra la astillada madera de la puerta que los separaba. Aquella presencia era un veneno nocturno que le infectaba con cada latido.

La oscuridad lamía sus ojos y las paredes se lanzaban contra él hasta que le dejaron preso en el espacio de un ataúd ocupado. Se levantó y sin saber cómo, el horror le agarrotó los dedos sobre el pomo de aquella puerta infernal, que se abrió sin su permiso.
Se atrevió a mirarla por fin, y al ver sus dulces ojos azules no pudo contenerse más. Se acercó a la niña alargando los brazos y rompió su precioso y diminuto cuello.



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Este microrelato de "terror" no ha ganado ningún premio xD

domingo, 3 de enero de 2010

Research

Todos empezaron a llamarlo "Conde" a sus espaldas, algo que le irritaba sobremanera. Pobre Bram, los que no le conocían se llevaban una enorme decepción cuando descubrían que no se alimentaba de sangre...exclusivamente.