Letras, espacios, palabras y nada más. Frases, párrafos y páginas. Todas llenas de manchas negras que, en algún lugar, en alguna época, tenían un sentido. Pasaba los dedos por encima sin entender. Dibujos extraños inventados por locos cuando el sol aún no tenía un nombre falsificado.
Los ojos, los ojos no cambiaban.
Y la nariz, la nariz también era la misma. Casi la misma.
Pero la boca. La boca se había transformado de la manera más extraña posible. Adivinaba que era una boca porque estaba bajo esa nariz perfecta y sobre una barbilla. O lo que parecía ser una barbilla. Lo que quedaba de ella al menos.
La criatura pasaba las manos sobre las hojas de papel con una eterna pregunta tras los párpados. Pero esa boca. ¿Qué le había pasado? Se sorprendió preguntándose cómo sería tocarla. La textura... húmeda seguramente. Desagradable. ¿Peligrosa? Era posible.
Sus ojos chocaron en el aire y se asustó. Frente a frente aquella boca era aún más desconcertante.
Nada que una buena bolsa de papel no pudiera arreglar a tiempo.
jueves, 24 de marzo de 2011
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Llevaba tiempo esperando y ha sido... Desconcertante.
ResponderEliminarajjajajajajajaja si bueno.... tenía ganas de soltar palabras inconexas supongo....
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